Alejana es una increíble y brillante mujer con altas capacidades. Tiene 24 años, ama los libros, el francés, la psicología y el arte (el collage que ilustra este post es de su autoría y podés ver más de sus obras en su Instagram). Charlamos mucho sobre su elección de no ser madre, y en este artículo nos cuenta su pensamiento:
La mujer no es víctima de ninguna misteriosa fatalidad: no debemos concluir que sus ovarios la condenan a vivir eternamente de rodillas
Simone de Beauvoir
Muchas personas piensan que la feminidad está forzosamente atravesada por la maternidad, es decir que, hasta que una mujer no tiene hijos no se habrá realizado como persona. Sin embargo, hoy en día, gracias al movimiento feminista, nos hemos dado cuenta de la violencia simbólica que se esconde detrás de la imposición cultural de ser madre. Entonces, nos preguntamos ¿la maternidad es una elección de vida o un destino inexorable?
La cultura siempre ha impuesto roles y exigencias a las mujeres que, por cierto, siempre las situaron por debajo del hombre. Pero, lamentablemente, no había posibilidades para interrogarse acerca de esos mandatos. Es por eso que el valor y la capacidad de la mujer, a lo largo de la historia, han sido reducidos, de modo que no era más que un “capital productor de proles”. Pero, ¡reflexionemos! Los derechos de las mujeres son los derechos de los hombres, o sea, la mujer, en tanto ser humano, tiene deseos que pueden ser muy diversos y es capaz de disponer libremente de su cuerpo, sin tener que pagar el precio del estigma social por ello. A propósito, ¿por qué una mujer de 35 años que no ha tenido hijos y no tiene pareja es tildada peyorativamente de “solterona”? Y ¿por qué un hombre, con las mismas características, no es cuestionado? ¿Por qué, como sociedad, nos cuesta tanto pensar en un proyecto de vida de soltero/a como una decisión y, en cambio, nos inclinamos a pensar que estar solo/a es el resultado de la exclusión o de limitaciones personales?
Por otro lado, reanudando con el mandato de la maternidad, es oportuno señalar que esa idea se ha sustentado sistemáticamente sobre la premisa que dictamina que hay un instinto maternal en todas las mujeres. Eso es válido para los animales, pero no lo es para la especie humana. Si así fuera, entonces no existirían mujeres que abandonan a sus hijos en tachos de basura o en la puerta de un hospital. En verdad, el amor maternal es una construcción mental, social, que se construye desde la infancia de cada persona y que, además depende de la sensibilidad personal.
En suma, podemos afirmar que la mujer no está, bajo ningún punto de vista, obligada a disponer de su cuerpo en contra de su propio deseo. Hoy tenemos el poder de hacer trastabillar el orden patriarcal que nos quería abnegadas y sumisas. En este sentido, debemos recordar que ese poder es un derecho ganado por la lucha colectiva de mujeres de todas las épocas que tuvieron el coraje de pensar diferente y hacer escuchar su voz, desafiando obstáculos de toda clase, incluso con su propia vida. Por esas mujeres y por las que vendrán: ¡reivindiquemos la feminidad como una posición deseante!
Alejana
¿Qué pensás vos? ¡Nos encantará escucharte!
1 Comments
Chiara
junio 19, 2022 at 1:56 am -ME ENCANTOO! ❤️