Aunque las personas con altas capacidades intelectuales constituyen un grupo muy heterogéneo (cada persona con alta capacidad es diferente y única) todas tienen:
Aunque las personas con altas capacidades intelectuales constituyen un grupo muy heterogéneo (cada persona con alta capacidad es diferente y única) todas tienen:
Una inteligencia superior a la media -CI mayor a 120- o muy superior -CI mayor a 130- respecto a capacidad intelectual general. Esto puede estimarse mediante test de inteligencia, por ejemplo, las escalas de Wechsler. Se observa en esta persona potencial para un aprendizaje más rápido, facilidad para interconectar ideas y muy buena memoria.
gran creatividad (desarrollado o no),
Alta sensibilidad (auditiva, táctil, sinestésica), que da lugar a experiencias de gran intensidad emocional.
Alta motivación intrínseca por lo que les gusta.
Perfil de personalidad característico.
Además, durante su desarrollo experimentan disincronías (intelectual-emocional, intelectual-motriz, intelectual-social). Estos desfases, descriptos por Terrassier, conllevan necesidades especiales que, de no ser atendidas, hace muy vulnerables a estos niños y adultos. Por ejemplo, durante las distintas etapas de la vida, y en especial si no han sido identificados, tendrán mayor propensión a sufrir ansiedad, depresión, problemas para dormir, reactividad emocional, dudas y rumiaciones, adicciones, estrés laboral o dificultades en los vínculos.
Aunque las personas con altas capacidades intelectuales constituyen un grupo muy heterogéneo (cada persona con alta capacidad es diferente y única) todas tienen:
Además, durante su desarrollo experimentan disincronías (intelectual-emocional, intelectual-motriz, intelectual-social). Estos desfases, descriptos por Terrassier, conllevan necesidades especiales que, de no ser atendidas, hace muy vulnerables a estos niños y adultos. Por ejemplo, durante las distintas etapas de la vida, y en especial si no han sido identificados, tendrán mayor propensión a sufrir ansiedad, depresión, problemas para dormir, reactividad emocional, dudas y rumiaciones, adicciones, estrés laboral o dificultades en los vínculos.
La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner relativiza el Coeficiente Intelectual (CI) y comienza a hablar de “inteligencias”, no de una única “inteligencia”. Así, se pueden identificar diferentes talentos en distintas áreas -lingüística, lógico-matemática, espacial, kinestésico-corporal, musical, naturalista interpersonal, intrapersonal y existencial o espiritual-.
Según la definición de la dotación (giftness) de la National Association for Gifted Chidren (NAGC), los estudiantes con dotación y talento rinden, o tienen la capacidad de hacerlo, a niveles más altos en comparación con otros de la misma edad, experiencia y entorno, en uno o más dominios. Propone que se les apoye y ayude en la autorrealización, desarrollando cualidades como la regulación de las emociones, las habilidades sociales, la voluntad de asumir riesgos estratégicos, la capacidad para afrontar desafíos y manejar las críticas, la confianza, las autopercepciones y la motivación.
Operativamente, se clasificó los talentos en:
Actualmente se habla de superdotación intelectual como un constructo multidimensional, en el que la persona dispone de un potencial elevado en la mayor parte de las áreas evaluadas: creatividad, razonamiento lógico, percepción, memoria, razonamiento verbal, razonamiento matemático y aptitudes espacial. Así mismo, la sobredotación intelectual va asociada a una mayor madurez en los procesamientos de la información (memoria visual y percepción visual), desarrollo de la capacidad metacognitiva (autocontrol, autorregulación, autoconocimiento), gran capacidad para la resolución de problemas y alta motivación para el aprendizaje de lo que les gusta. Así es que la superdotación propiamente dicha se alcanzaría en la edad adulta.
Teniendo en cuenta estos criterios, aproximadamente un 25% de la población tiene altas capacidades intelectuales, y, entre ellos, un 2% es superdotado. Puede suponerse que en cada aula escolar o entorno laboral hay dos personas con altas capacidades intelectuales.
La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner relativiza el Coeficiente Intelectual (CI) y comienza a hablar de “inteligencias”, no de una única “inteligencia”. Así, se pueden identificar diferentes talentos en distintas áreas -lingüística, lógico-matemática, espacial, kinestésico-corporal, musical, naturalista interpersonal, intrapersonal y existencial o espiritual-.
Según la definición de la dotación (giftness) de la National Association for Gifted Chidren (NAGC), los estudiantes con dotación y talento rinden, o tienen la capacidad de hacerlo, a niveles más altos en comparación con otros de la misma edad, experiencia y entorno, en uno o más dominios. Propone que se les apoye y ayude en la autorrealización, desarrollando cualidades como la regulación de las emociones, las habilidades sociales, la voluntad de asumir riesgos estratégicos, la capacidad para afrontar desafíos y manejar las críticas, la confianza, las autopercepciones y la motivación.
Operativamente, se clasificó los talentos en:
Actualmente se habla de superdotación intelectual como un constructo multidimensional , en el que la persona dispone de un potencial elevado en la mayor parte de las áreas evaluadas: creatividad, razonamiento lógico, percepción, memoria, razonamiento verbal, razonamiento matemático y aptitudes espacial. Así mismo, la sobredotación intelectual va asociada a una mayor madurez en los procesamientos de la información (memoria visual y percepción visual), desarrollo de la capacidad metacognitiva (autocontrol, autorregulación, autoconocimiento), gran capacidad para la resolución de problemas y alta motivación para el aprendizaje de lo que les gusta. Así es que la superdotación propiamente dicha se alcanzaría en la edad adulta.
Teniendo en cuenta estos criterios, aproximadamente un 25% de la población tiene altas capacidades intelectuales, y, entre ellos, un 2% es superdotado. Puede suponerse que en cada aula escolar o entorno laboral hay dos personas con altas capacidades intelectuales.
Lamentablemente a lo largo de los años, y debido a la escasa difusión de la temática de las AACC, se asumen como ciertos numerosos mitos. Las mismas personas de este espectro introyectan estos preconceptos, dificultando su desarrollo pleno en la escuela, en los vínculos sociales, en los entornos laborales y de salud.
Algunos de los mitos más frecuentes son que las personas con altas capacidades intelectuales…
Lamentablemente a lo largo de los años, y debido a la escasa difusión de la temática de las AACC, se asumen como ciertos numerosos mitos. Las mismas personas de este espectro introyectan estos preconceptos, dificultando su desarrollo pleno en la escuela, en los vínculos sociales, en los entornos laborales y de salud.
Algunos de los mitos más frecuentes son que las personas con altas capacidades intelectuales…
El funcionamiento no-neurotípico de las personas con Altas Capacidades tiene una base hereditaria. Se nace con potencialidades intelectuales de base, pero estas no son inamovibles, sino que el entorno influye en el desarrollo pleno o no de la mismas. Hay que trabajar tanto a nivel cognitivo o intelectual como emocional para favorecer el despliegue de las altas capacidades y que la persona pueda desarrollarse en el sentido de su plenitud.
Por el contrario, un entorno inadecuado o poco consciente de las necesidades de este colectivo neurodiverso, puede conducir a problemas escolares, laborales o familiares. Por ejemplo, situaciones de aburrimiento, desmotivación, fracaso académico, comportamientos disruptivos. También problemas emocionales como baja autoestima, aislamiento, miedo a cometer errores, miedo al fracaso, ansiedad, estados depresivos, dificultades de vinculación con la gente, con sus compañeros de clase o trabajo, con las parejas, con su familia.
Por este motivo es fundamental la identificación por parte de profesionales especialistas, tanto en niños (desde los 3-4 años), como en adolescentes y adultos. Los adolescentes y adultos identificados refieren a este dato fundamental de su autoconocimiento, como una experiencia «ordenadora», un «antes y un después» que le permite comprender y resignificar su vida transcurrida y lanzarse con entusiasmo al logro de sus deseos.
Por otro lado, las Altas Capacidades pueden presentarse “puras” (sin trastornos asociados) o con comorbilidades o trastornos asociados (TDAH, trastornos del aprendizaje, dislexia, trastornos del espectro autista, disfunciones sensoriales, etc.). En este caso se habla de doble o múltiple excepcionalidad, y es de suma importancia el diagnóstico diferencial y dual para colaborar de la manera acertada con el bienestar de dicha persona. Otras veces los rasgos asociados a las AACC pueden conducir a diagnósticos erróneos, o ser tratados sin considerar la experiencia global de esta persona no-neurotípica.
El funcionamiento no-neurotípico de las personas con Altas Capacidades tiene una base hereditaria. Se nace con potencialidades intelectuales de base, pero estas no son inamovibles, sino que el entorno influye en el desarrollo pleno o no de la mismas. Hay que trabajar tanto a nivel cognitivo o intelectual como emocional para favorecer el despliegue de las altas capacidades y que la persona pueda desarrollarse en el sentido de su plenitud.
Por el contrario, un entorno inadecuado o poco consciente de las necesidades de este colectivo neurodiverso, puede conducir a problemas escolares, laborales o familiares. Por ejemplo, situaciones de aburrimiento, desmotivación, fracaso académico, comportamientos disruptivos. También problemas emocionales como baja autoestima, aislamiento, miedo a cometer errores, miedo al fracaso, ansiedad, estados depresivos, dificultades de vinculación con la gente, con sus compañeros de clase o trabajo, con las parejas, con su familia.
Por este motivo es fundamental la identificación por parte de profesionales especialistas, tanto en niños (desde los 3-4 años), como en adolescentes y adultos. Los adolescentes y adultos identificados refieren a este dato fundamental de su autoconocimiento, como una experiencia «ordenadora», un «antes y un después» que le permite comprender y resignificar su vida transcurrida y lanzarse con entusiasmo al logro de sus deseos.
Por otro lado, las Altas Capacidades pueden presentarse “puras” (sin trastornos asociados) o con comorbilidades o trastornos asociados (TDAH, trastornos del aprendizaje, dislexia, trastornos del espectro autista, disfunciones sensoriales, etc.). En este caso se habla de doble o múltiple excepcionalidad, y es de suma importancia el diagnóstico diferencial y dual para colaborar de la manera acertada con el bienestar de dicha persona. Otras veces los rasgos asociados a las AACC pueden conducir a diagnósticos erróneos, o ser tratados sin considerar la experiencia global de esta persona no-neurotípica.