¿Seré «normal»?

La palabra norma viene de la estadística. A esta ciencia le interesa, entre otras cosas, la cantidad de sujetos o entes que presentan determinada característica, y le llama frecuencia. Carl Gauss (de quien te contaré luego su historia) descubrió que, si se grafica la frecuencia con que se dan muchos fenómenos naturales y sociales, se obtiene una curva con forma de campana. Si, se la llamó “Campana de Gauss”, y al tipo de distribución, “Distribución normal” (como se ve en la imagen de esta entrada).

Si hablamos de personas, dentro de esta distribución, la norma o la población típica está compuesta por aquellas que se ubican en la zona central de la curva, respecto a determinado fenómeno. Las personas que presentan valores medios de esa característica son las que más abundan. Las que presentan valores muy chicos o muy grandes son pocos (las “colitas” de la curva).

Por ejemplo, si se mide la altura de una población, se va a encontrar que las personas muy bajas (que miden menos de 1,40 m.) y las muy altas (que miden más de 1,70 m.) son muy pocas. La mayor parte de la población está en el medio de esos valores. Los individuos que quedan en los dos extremos de dicha distribución están fuera de la norma o son a-típicos ¿Son a-normales? ¿Normal equivaldrá a sano y a-normal a enfermo?

Las instituciones, las estructuras sociales, como muchas convenciones que regulan el funcionamiento de la sociedad, se construyen pensando en la “franja normal” de la población. ¿La altura de las puertas? Que los poquitos que miden más de 2 metros se adapten, ¡no vamos a hacer todas las puertas tan altas por unos pocos! Así también, la educación de principios de siglo se centraba en marcar qué era lo deseable, para tratar de que cada niñ@ logre alcanzarlo en más o menos los mismos tiempos y del mismo modo, y que los que no se adapten vayan a escuelas especiales, cuenten con maestros auxiliares o, diagnóstico mediante, reciban alguna medicación.

Las personas con altas capacidades tienen un funcionamiento distinto, en su modo y velocidad de procesamiento, sobreexcitabilidades motoras, hipersensibilidad sensorial y emocional. De alguna manera, podríamos ubicarlos en la colita derecha de la curva, sin que ello indique superioridad, sino que tienen particularidades que les hace difícil ajustarse a la mayoría. Tienen necesidades especiales, que, de no ser atendidas, las hace muy vulnerables. Quizás les cueste el colegio o su trabajo, porque se aburren. Quizás su sobreexcitabilidad psicomotora se confunda con TDAH o ADD y alguien sugiera medicarlos. Quizás su apasionamiento por algunos temas o su actitud ante las injusticias les creen dificultades con sus pares…

Niños y niñas, adolescentes, adulto@s que no están en la “norma”, y como todavía la ética de lo “diverso” no reemplazó a la ética de lo “normal”, transcurren sus vidas sintiéndose raros, que no encajan, o se camuflan escondiendo sus dones y peculiaridades únicas. Quizás hay padres anhelando que su hijo sea “normal”, quizás cada uno de nosotros dudamos si seremos “normales”…

¿Me cuentas?… ¿En qué cosas has dudado si sos “normal” o si tu hij@ es “normal”?

2 Comments

  • Niña Axoltl
    junio 5, 2022 at 4:43 am  -  Reply

    Si tu veux mon amis… ton article, c’est clair comme de l’eau de roche.
    Damos por sentado que personas con altas capacidades, por el sólo hecho de tener esa cualidad, tienen ventajas por sobre los demás en todo aspecto de la vida. Nos equivocamos. ¿Alguien se imagina la presión generada por las altas expectativas que todos depositan sobre alguien por el solo hecho de tener un IQ muy alto? ¿Nos detuvimos a pensar en el angustioso anhelo de un adolescente con AACC de ser uno más para simplemente pertenecer y dejar de ser el bicho raro? Cierro mis interrogantes con el fragmento de una banda de rock que marcó profundamente mi adolescencia:
    Acordate de seguir a tu instinto
    Y pensá que ser distinto es pensar
    Que caminar sin tener precio ni dueño
    Lleva un costo muy alto que pagar

    • LucidusEditor
      junio 5, 2022 at 6:57 pm  -  Reply

      Muchas gracias Niña Axolotl por lo que compartís! Aspiramos a que ese «alto costo que hay que pagar» deje de existir en la sociedad, porque cada vida es valiosa y necesita desplegar su esencia. Mientras tanto, acompañarse por otros «bichos raros» puede hacer mucho más lindo el camino 🙂

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