Divergentes en los entornos laborales

Ese niño o niña con altas capacidades se convierte un día en un adulto que se inserta en el mundo del trabajo. Es muy probable que, ya al elegir qué hacer, se le dificulte la tarea… “Es que en el colegio fui un alumno promedio o con muy bajo rendimiento… Nadie (ni yo) cree que podría afrontar una carrera universitaria, como desearía”; “Es que me gustan tantas cosas, y encima me resultan fáciles y tengo cierto talento para todas…”; “Yo sólo sé que quiero hacer algo que haga un aporte a la humanidad”…

Así como los niñ@s con altas capacidades tienen necesidades particulares en lo emocional, en lo social, en lo intelectual, también el adulto AACC. Pero se espera que un adulto se adapte a la generalidad del modo de funcionamiento de las organizaciones.

La realidad es que el elevado nivel intelectual, creativo, artístico, de liderazgo, la sensibilidad y empatía no siempre son ventajas en los ambientes laborales.  Generalmente la cultura organizacional “castiga” el pensamiento fuera de la norma y de la jerarquía, los planteos éticos, las propuestas que no siguen los lineamientos predefinidos.

Una vez en el mundo del trabajo, las personas con AACC experimentan desafíos adicionales. Nombro algunos, quizás sea tu caso: tener que elegir entre la satisfacción de las necesidades sociales y la satisfacción de las necesidades intelectuales, ya que cumplir con ambos puede ser una imposibilidad; el aprendizaje rápido, con el consiguiente aburrimiento y necesidad de cambios, quizás los lleve a que les sea difícil trabajar en el mismo puesto o en una sola carrera para toda la vida; celos profesionales y envidia por parte de los compañeros de trabajo, siendo reportados muchos casos de mobbing. También el nivel de compromiso puede ser percibido como de una intensidad amenazante. Asimismo, el superdotado adulto necesita ser reconocido y estimulado con retos a su altura para poder sentirse realizado, si no, probablemente deba luchas contra la desmotivación.

Para comprender la experiencia de las personas con altas capacidades en el trabajo, no se puede dejar de lado la dimensión existencial, el significado que atribuye a su trabajo dentro de su misión en la vida.

Aspiro a que los campos de la  Psicología Organizacional y de los Recursos Humanos asuman el desafío y la oportunidad únicos de contribuir a que la industria comprenda mejor a esta población, sus fortalezas y sus necesidades.

¿Algo de esto te resuena? ¿Cuál ha sido tu experiencia? Me encantaría leerte (por aquí o por privado)

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